03/02/2017

La abeja reina lava el cerebro de las obreras con sustancias químicas

La feromona le ayuda a la reina a mantener control 
La abeja melífera reina causaría envidia a la madrastra de Cenicienta. Un nuevo estudio sugiere que la matriarca controla la actividad cerebral de sus hijas para asegurar su propia supervivencia. "Ésta es la primera vez que se demuestra la acción directa de las feromonas [de la reina] en el cerebro", explicó la coautora del estudio, Alison Mercer, zoóloga de la Universidad de Otago en Dunedin, Nueva Zelanda. "Descubrir que afecta la capacidad de aprendizaje de las abejas jóvenes nos sorprendió mucho". 

Controladora 
La abeja reina produce su feromona en una glándula situada cerca de las mandíbulas. Las feromonas son sustancias químicas que provocan respuestas de conducta en animales de una misma especie. Un componente de la feromona es el alcohol homovanílico (HVA), el cual interactúa con el neurotransmisor dopamina, presente en el cerebro de insectos y animales. 

Mediante un mecanismo desconocido hasta ahora, la feromona parece bloquear la acción de la dopamina e impide que las obreras jóvenes eviten los estímulos negativos. Todas las abejas obreras (que rodean y cuidan a la reina) son hembras, y los zánganos son machos. A fin de comprobar la teoría, Mercer y sus colegas realizaron una prueba en la que expusieron a un grupo de abejas a la feromona. 

El equipo de investigadores observó que las abejas no aprendían a relacionar olores específicos con estímulos negativos, en este caso, ligeras descargas eléctricas. Mercer especula que la propia abeja reina podría ser un estímulo negativo. "Resulta que la reina obstruye por completo la capacidad de las abejas jóvenes para asociar las señales de su ambiente con cualquier consecuencia desagradable", explicó. 

No obstante, conforme las abejas obreras envejecen, la feromona pierde su efecto controlador: misterio que los investigadores todavía estudian. El artículo apareció en la revista Science

Sin escapatoria 
Diversos estudios han demostrado que las abejas evitan recibir altas dosis de las feromonas de su reina, pues el exceso hace que las obreras se vuelvan más agresivas. Sin embargo, la feromona que "lava" el cerebro podría evitar que las obreras se percaten de que estar cerca de la reina es desagradable. 

"Si las abejas jóvenes desarrollaran aversión por su reina, dejarían de cuidarla, y esto perjudicaría a la colonia", puntualizó Mercer. Así pues, la feromona podría ser el "seguro" de la reina contra una posible rebelión de las obreras jóvenes, agregó la investigadora, ya que el bienestar de la colonia y la propia reina estriba en que ésta tenga elementos de supervivencia. 

Todo lo anterior planeta una nueva interrogante sobre el efecto de la feromona en la propia reina quien, durante su reinado, se transforma meramente en una máquina reproductora. "Es importante que no desarrolle aversión por los olores de la colonia pues, de lo contrario, escaparía de la colmena", informó Mercer. 

Ya que la reina concibe a las obreras, todas ellas son hermanas que comparten la mitad de su ADN. No obstante, hay un grupo de "súper hermanas" que descienden del mismo padre y de tal suerte comparten 75 % de su ADN. Mark Winston, biólogo de la Universidad Simon Fraser de Vancouver, Canadá (sin afiliación con el estudio), comentó que era dudoso que la reacción aletargada a los estímulos negativos sea la única causa de que las obreras permanezcan cerca de la reina. En su opinión, hacen falta investigaciones ulteriores para determinar qué sucede dentro de la colmena.

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