22/08/2024

Para que los apicultores sumen valor y puedan vender con marca propia, la familia Dorsch fundó en Mar del Plata una moderna planta que fracciona miel, la bate y hasta le añade curiosas frutas.

Con bajos índices de consumo en el mercado interno, la producción de miel argentina se destina casi en tu totalidad a la exportación. Sin embargo, del 97% destinado al exterior apenas el 1% se envía en forma fraccionada, con marca y agregado de valor, lo que empuja a la baja los precios recibidos por los productores.

Eso es lo que motivó a Leandro Dorsch, segunda generación de apicultores, y a su familia a darle una vuelta de rosca a la producción primaria de miel y a fundar en Mar del Plata una planta llamada Terra Argentina, una procesadora que ofrece distintos servicios de acompañamiento e industrialización para productores.

“Terra Argentina nace hace cinco años como una solución de servicios al productor. Si bien somos familia de productores, salimos de la actividad primaria y empezamos a agregar valor. Hoy hace más de diez años que los productores pueden extraer miel, acopiarla, tener su marca e inscribir un producto, cosa que antes era mucho más complejo”, relató Leandro en una charla con Bichos de Campo.

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Aunque la familia no dejó sus colmenas de lado, porque es la forma que tienen de “estar en la misma sintonía con el sector y de entender a los productores”, la generación más joven del grupo se enfocó puntualmente en las estrategias para potenciar el agregado de valor en la apicultura.

Es así que la empresa, en su planta marplatense, que tiene capacidad para homogeneizar, procesar y fraccionar 28 toneladas, ofrece servicios que van desde el acopio y procesamiento de miel hasta el desarrollo de una marca propia, incluyendo el diseño de envases y etiquetas que eleven al valor final del producto de cara a su venta tanto en el mercado interno como en el exterior.

A esto se suma el interés de los Dorsch por alcanzar nuevos nichos comerciales a partir de la venta de mieles cremosas y que incorporan otros ingredientes.

“La miel cremosa es la base que utilizamos para todos nuestros productos. El sudeste de la provincia Buenos Aires da mieles muy claras de grano fino y de rápida cristalización, es decir que se endurecen muy rápido. Entonces lo que se hace es un proceso de rotura de cristales a través de una máquina especial”, explicó el empresario.

“Si bien todas las mieles que manejamos son puras, la miel cremosa es la más natural porque no está sometida a ningún tratamiento térmico. Después de la cristalización se bate y queda una miel untable”, explicó Leandro, que aclaró que no tiene ningún tipo de agregado en ese proceso.

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